Llega esa hora en que uno se da cuenta que debería haberse ido a la cama hace rato. Sin querer queriendo uno empieza a hacer cuentas de cuántas horas le quedan de sueño. A la vez, decide estrategias para lograr que las pocas que tendrá valgan la pena. Relajación, meditación, té de manzanilla, etc etc
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