No sabía bien qué hacer y de pronto salió una nube. Automáticamente la siguió un pajarito, parado en un cable. El cable se convirtió en un alambre con ropa colgada. Entonces la nube quedó medio rara, tan cerca del cable... así que la senté. Y al pintarla me di cuenta que no era una nubecita blanca de buen tiempo, sino una gris de tormenta.
Ahora que la miro le pondría una taza de café en la mano.
1 comentario:
Dina, esto es muy genial. Lo primero que pensé es que las medias eran de la nube, que estaban húmedas, y que la nube se había sentado a esperar que se sequen. Ahora, sí la nueb es la que trae la tormenta se me complica el argumento...
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